sábado, 3 de noviembre de 2007

CROESO ( Bienvenidos en galés)

Hola a todos los que nos leen!Ah... y gracias por hacerlo.
Escribimos esta crónica Virginia, Shilery, Florencia, Felipe y David.
Para empezar les contamos que nuestro día empezó temprano, más que tempranos podríamos decir. Eran las cero hs y estábamos coreando cada uno desde sus balcones el feliz cumpleaños a Franco, y aunque no lo crean a las 6 de mañana Mariano ( nuestro coordinador, dice él que pongamos que es lindo y bueno) nos estaba levantando.El objetivo era llegar a Punta Tombo, la reserva natural de pinguinos magallánicos más grande de toda América.
Soplaba el típico viento patagónico y más allá que nos costaba mantenernos firmes en tierra y que nuestros dedos estaban casi acalambrados no dejamos de disparar nuestras cámaras. Tenemos un boock de miiiiiiles de fotos de pingüinos por aquí, pingüinos por allá y también más acá. Los teníamos tan cerca que daban ganas de tocarlos pero no podíamos.
La verdad es que la experiencia fue inolvidable. No teníamos ganas de salir pero el viento ( insoportable) pudo más que nuestro deseo y así partimos hacia la ciudad de Gaiman.
Allí visitamos la primer casa galesa, la plaza más importante de la ciudad cuya particularidad era tener dentro la municipalidad, el canal de riego del río Chubut y la capilla, además de una variedad de rosas impresionantes.
A las tres de la tarde teníamos turno en el museo Egidio Feruglio, así es que menos tres minutos estabamos en la ciudad de Trelew y más precisamente en la puerta del museo. La guía del mismo nos enseñó sobre la vida desde la era cenozoica hasta el paleozoico a través de fósiles.
Quedamos impresionados porque no sabíamos que existían esas especies de dinosaurios en nuestra patagonia. Y bien nuestros!!!.También nosotros aportamos muchas cosas que sabíamos y cuando nos estabamos yendo la guía destacó no sólo nuestra conducta diciéndonos que no era usual encontrase con un grupo de chicos que prestaran tanta atención sino también que estuviéramos tan interesados y supiéramos tanto. Nos dijo que eso ella lo agradecía porque le hacía sentir que no hablaba con la pared.
Nos portamos tan bien que Silvia y los profes nos dieron un tiempo libre y fuimos a la playa a jugar al futbol y a caminar.
Cerramos el día de la misma manera en que lo empezamos, cantando el feliz cumpleaños pero esta vez con una rica torta.
Cerramos es una manera de decir ya que mientras estamos pasando esta crónica en las habitaciones están todos charlando. Ahora nos sumamos nosotros.
Hasta mañana!.